Material de lectura sobre cómo mejorar el análisis y la terapia del movimiento

El concepto de discapacidad intelectual y sus definiciones han estado funcionando en la literatura hace relativamente poco tiempo. Reemplazó términos como: “retrasado”, “necesidades especiales”, “enfermedad”, “discapacitado” o “discapacitado mental”. El concepto de “discapacidad intelectual” se ha incluido tanto en la clasificación de la Asociación Estadounidense de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD) como en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) publicado bajo los auspicios de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA). . Sin embargo, en la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades 11ª Revisión, el concepto de retraso mental ha sido sustituido por trastornos del desarrollo intelectual. Esta clasificación fue aprobada por la Organización Mundial de la Salud el 1 de enero de 2022 y está siendo introducida paulatinamente por otros países. Según la CIE-11, los trastornos del desarrollo intelectual son un grupo de afecciones etiológicamente diversas que se originan durante el período de desarrollo y se caracterizan por un funcionamiento intelectual y un comportamiento adaptativo significativamente por debajo del promedio que están aproximadamente dos o más desviaciones estándar por debajo de la media (aproximadamente menos del percentil 2,3)), basado en pruebas estandarizadas administradas individualmente y debidamente normadas. Cuando no se dispone de pruebas normalizadas y estandarizadas apropiadas, el diagnóstico de los trastornos del desarrollo intelectual requiere una mayor confianza en el juicio clínico basado en una evaluación adecuada de indicadores de comportamiento comparables.

Para diagnosticar trastornos del desarrollo intelectual es necesario confirmar:

  1. limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual en diversos campos, como el razonamiento perceptivo, la memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento y la comprensión verbal. Si es posible, las puntuaciones deben medirse mediante pruebas estandarizadas y normalizadas de funcionamiento intelectual y determinarse que están aproximadamente 2 o más desviaciones estándar por debajo de la media (es decir, menos del percentil 2,3).
  2. limitaciones significativas en el comportamiento adaptativo, que se refiere al conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas que las personas han aprendido y que utilizan en la vida cotidiana.
  3. El inicio ocurre en el período de desarrollo.

Las personas con discapacidad intelectual constituyen un grupo muy heterogéneo de trastornos de diversa etiología, cuadro clínico y evolución. No existe un conjunto único y típico de características físicas y mentales para todas las personas con discapacidad intelectual, aunque puede haber características comunes en ciertos grupos. Los trastornos del desarrollo intelectual se asocian con un alto porcentaje de trastornos mentales, conductuales o del neurodesarrollo concurrentes, algunas afecciones son más comunes, por ejemplo, epilepsia, trastornos gastrointestinales, obesidad, disfunciones visuales y auditivas, trastornos de la tiroides y trastornos sensoriales. Los adultos con discapacidad intelectual tienen más probabilidades que el público en general de tener problemas de movilidad y tomar medicamentos que pueden afectar negativamente a la salud a través de efectos secundarios. Los adultos con discapacidad intelectual se caracterizan por una mayor mortalidad temprana y multimorbilidad en comparación con la población general. La aparición de las enfermedades es mucho más temprana en este grupo y la incidencia de comorbilidades entre los 20 y 25 años es similar a la de la población general entre 50 y 54 años. Es más, en el caso de problemas de salud, tienen muchas más dificultades para acceder al apoyo necesario y a una atención sanitaria adecuada. Todo esto puede afectar el nivel de condición física, la actitud y la capacidad para realizar diversas actividades. Las enfermedades concomitantes también pueden ser una contraindicación para determinadas actividades físicas y hay que tenerlo en cuenta en la fase de planificación.

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