Recursos adicionales: por ejemplo, un informe de caso (disponible después de pasar la prueba sumativa)

Volver a correr tras una lesión en un miembro inferior

La mayoría de las personas, especialmente los deportistas, que han sufrido una lesión musculoesquelética quieren volver a la actividad lo antes posible. Normalmente, esta actividad básica está en ejecución. Para los deportistas el objetivo principal es, por supuesto, volver a la disciplina que practican, pero también para ellos el jogging suele ser una etapa de transición.

Condiciones previas

Antes de iniciar el entrenamiento, el fisioterapeuta debe valorar al paciente:

– equilibrio (por ejemplo, prueba de pie con dos piernas juntas y prueba de pie con una pierna con los ojos abiertos y cerrados, prueba de pie con una pierna con una tarea adicional, por ejemplo, pasar una pelota de mano en mano);

– estabilidad de las extremidades inferiores involucrada (p. ej., prueba de sentadilla con una pierna ¼);

– amplitud de movimiento en las articulaciones de las extremidades inferiores;

– la fuerza de los isquiotibiales, glúteo mayor, glúteo medio y mínimo (funcionan como abductores, pero también como estabilizadores pélvicos, por lo que vale la pena realizar la prueba de Trendelenburg), tensor de la fascia lata, recto femoral (como flexor de la cadera, pero principalmente como extensor de rodilla), aductores, rotadores internos y externos de la cadera, músculos de la espalda y músculos abdominales (evaluación del control de la posición del tronco y la pelvis en estática y durante el movimiento). La fuerza de los músculos mencionados debe evaluarse no sólo en el trabajo concéntrico sino también en el trabajo excéntrico e isométrico. Esto es necesario para estimar la eficiencia de estos músculos tanto en las fases de aceleración como de desaceleración del movimiento, que son los componentes básicos de la marcha y la carrera.


Etapa I. Caminar

El primer paso para volver a correr es caminar en una cinta. El terapeuta debe evaluar la calidad de la marcha y, si es necesario, introducir ejercicios de reeducación destinados a eliminar la compensación y mejorar la simetría y el patrón de la marcha. Es beneficioso prestar atención al trabajo de todo el cuerpo (desde la propulsión del pie, pasando por la rotación del torso al caminar, hasta el movimiento y posicionamiento de la cabeza). El entrenamiento en cinta debe continuar hasta que el paciente sea capaz de caminar correctamente y con una sensación de total comodidad durante 30 minutos a una velocidad de 6,5-8,4 km/h (con bastante intensidad, pero sin la impresión de que casi está corriendo). ). Entonces el paciente puede iniciar el entrenamiento pliométrico.

Etapa II. Ejercicios pliométricos

El entrenamiento pliométrico es una etapa muy importante de preparación para la carrera. Permite mejorar el ciclo de acortamiento-extensión del músculo y aumenta la seguridad del aterrizaje sobre la pierna afectada tras la fase de vuelo. Los ejercicios pliométricos básicos son saltos con ambas piernas en su lugar, saltos con ambas piernas hacia adelante, atrás y hacia un lado, saltos con una pierna en su lugar y en diferentes direcciones o saltos de longitud.

Etapa III. trote

Inicialmente, se aconseja al paciente que haga jogging cada dos días durante 30 minutos, comenzando con una alternancia de 5 minutos de caminata y 1 minuto de jogging. El paciente debe aumentar progresivamente la duración del trote y disminuir la duración de la marcha hasta poder trotar durante 30 minutos sin experimentar ninguna molestia (fatiga excesiva, dolor, sensación de rigidez, etc.).

Etapa IV. Correr

Carrera cronometrada: Se recomienda al paciente comenzar con 30 minutos de carrera cada dos días y aumentar la distancia en un 10% en las siguientes semanas. A partir de las 8 semanas, el paciente puede correr varios días seguidos, pero recuerda descansar cada tres o cuatro días. El objetivo para las personas de nivel intermedio es un entrenamiento de carrera de 45 minutos 5 veces por semana. El objetivo para las personas avanzadas es un entrenamiento de carrera de 60 minutos 5 veces por semana.


Carrera de distancia: Quienes corren a menos de 6,4 km/h deben empezar corriendo 0,8 km cada dos días y aumentar gradualmente la distancia hasta llegar a 6,4 km en la quinta semana. Los corredores que superen los 6,4 km/h deben comenzar con 1,6 km cada dos días hasta alcanzar los 8 km en la quinta semana. Después de este tiempo, el paciente puede volver a correr las distancias previas a la lesión.

Es una recomendación absoluta que antes de pasar a la siguiente etapa del entrenamiento de carrera, el fisioterapeuta realice una entrevista al paciente, una exploración clínica y las pruebas oportunas. Se debe observar la aparición del dolor y su patrón (¿el dolor ocurre al principio, aparece durante el ejercicio, es constante, aumenta, aparece siempre en el mismo lugar, “vaga”, tal vez el ¿El dolor aparece después del ejercicio o por la noche?). También se debe valorar la presencia de edema y compensación así como el estado mental del paciente. Dependiendo del tipo y la gravedad de los efectos secundarios, el paciente debe aumentar el tiempo entre entrenamientos posteriores, reducir la intensidad del entrenamiento o dejar de entrenar por un tiempo.

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