Material de lectura sobre cómo mejorar la comunicación con el paciente
Cuando trabajamos como fisioterapeutas en el sector social, sanitario o asistencial, siempre tratamos a las personas como individuos. Al profundizar su propia comprensión de la diversidad de género, puede desarrollar una comunicación más sensible y respetuosa con cada paciente o cliente. Si bien no es necesario ser un experto, mantenerse informado sobre la diversidad de género le ayuda a crear un ambiente más acogedor para todos los pacientes y clientes. Comprender la diversidad de género permite a los terapeutas crear un espacio seguro para que los clientes exploren sus identidades. Si bien el sexo se asigna al nacer, la identidad de género es un espectro moldeado por las experiencias y la cultura. Y es importante recordar que cada persona tiene derecho a la autodeterminación. La comunicación sensible al género no disminuye la importancia de la identidad de género. Permite que todos sean ellos mismos, ya sea que se identifiquen como mujeres, hombres, transgénero, intersexuales o de cualquier otro tipo. Necesitamos comprometernos a desarrollar un enfoque sensible al género en todas nuestras prácticas. De esta manera todos podremos aprender y crecer en este ámbito. La sensibilidad de género no pretende invalidar el género, sino permitir que cada uno crezca como su propia persona, por ejemplo como una niña, un niño, una persona transgénero o intersexual.
El género tiene muchos significados en nuestras culturas. Tomemos, por ejemplo, el nacimiento de un bebé en una familia. Lo primero que llama la atención en el momento del nacimiento suele ser el género. ¿Cuáles son las expectativas asociadas con él? ¿Qué expectativas, o incluso presiones, puede sentir acerca de que el bebé sea del tipo correcto: niña o niño? ¿En qué se diferencian de una cultura a otra? Estas expectativas y presiones en torno al género pueden variar mucho entre culturas.
Pensar en el pluralismo de género ha cambiado mucho con el tiempo y definir el género como algo que no está determinado sólo por los genitales sino también como algo que ahora se considera construido experiencial, social y culturalmente. Es bueno recordar que cada uno de nosotros tiene derecho a la autodeterminación y a intentar alejarnos del pensamiento normativo dicotómico sobre el género (categorías rígidas de hombre y mujer) y reconocer que el género es sólo una característica humana entre otras. Lo más importante no es lo que ya sabemos o no sabemos sobre el tema, sino lo que queremos desarrollar en un encuentro sensible al género propiciando un espacio donde todos se sientan respetados y comprendidos.
Una forma de aumentar la sensibilidad es utilizar un lenguaje que sea sensible a la diversidad de género, evitando términos de género como “niñas” y “niños”. Algunas personas de otros géneros o personas no binarias prefieren utilizar un lenguaje neutral. Sin embargo, la única manera de estar seguro de esto es preguntarle al propio cliente o paciente. Es importante tratar de evitar hacer suposiciones propias, incluso si son con buenas intenciones. Si nuestras suposiciones son erróneas, puede resultar difícil para el cliente volver a examinar el problema y corregir nuestras suposiciones. Por tanto, es bueno recordar periódicamente que la identidad de género no es visible.
Es importante recordar que cada uno de nosotros también tiene derecho a no identificar nuestro género y esto se puede expresar, por ejemplo, cuando se habla de confidencialidad en una situación con un cliente. Considere si preguntar sobre el género es necesario para la situación. Si es irrelevante, puede no plantearse. Si es necesario, explique brevemente por qué se necesita la información. Si se comunica en un idioma diferente, pregunte siempre qué pronombre personal desean utilizar.
El uso del nombre propio para su género, aunque sea de manera informal, es muy relevante en una interacción. Para una persona que sufre un conflicto de género, el uso del propio género puede, por ejemplo, reducir los pensamientos suicidas. Es importante ser escuchado y encontrado en una interacción de validación. Validar la interacción significa, por ejemplo, que expresas claramente que entiendes y crees lo que la otra persona dice y experimenta, o que aceptas lo que la otra persona dice sin juzgar y que vinculas lo que estás diciendo con lo que la otra persona dice. acaba de decir. Por eso, en una interacción sensible al género, la empatía, la aceptación, la presencia, la escucha, la formulación de preguntas abiertas y el lenguaje neutral son importantes.(Centro de especialización en diversidad de género e intersex)
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