Material de lectura sobre la mejora de la comunicación con el paciente, aspecto transcultural (resumen)

Cualquiera que haya visitado recientemente casi cualquier centro de atención médica, incluso como paciente, es casi seguro que se ha topado con un compañero que se comporta de manera impulsiva y, a veces, francamente agresiva. Este fenómeno se ha vuelto muy común y es un problema creciente para los trabajadores de la salud. Las investigaciones y los artículos científicos sobre el tema coinciden en que los trabajadores de la salud a menudo no están preparados para afrontar este tipo de situaciones. Cuando la agresión y el comportamiento provocativo se combinan con un código de comunicación bajo y limitado en una persona mayor, surge una situación de comunicación muy compleja y complicada.

Los motivos de un comportamiento prepotente y agresivo pueden ser varios: para algunos es inherente a su naturaleza y hábito, para otros es un comportamiento adoptado vinculado a su posición, mientras que en algunos casos es el resultado de la enfermedad y de la situación vulnerable en la que se encuentra. crea. El tratamiento correcto, en el que no se violan los derechos y la autoestima del paciente del mismo modo que los del fisioterapeuta que está frente a él, y en el que el tono duro y exigente no contagia al fisioterapeuta ni, posiblemente, a otros pacientes, es una tarea difícil en el trabajo diario. El comportamiento agresivo puede ser provocado por miedo, incertidumbre, ansiedad, frustración, dolor o incluso dificultades de comunicación, como diferencias en el nivel de comunicación entre el fisioterapeuta y el paciente. Los pacientes a menudo sienten que ellos o sus familiares no están siendo atendidos. Esto a menudo se vive como una violación personal. Por supuesto, la influencia del alcohol y las posibles enfermedades mentales no facilitan la situación para los pacientes y sus cuidadores. El comportamiento ofensivo, a menudo no la insatisfacción con la situación, también puede ser una razón legítima para los insultos -por ejemplo, por el fracaso de un tratamiento anterior, por una larga espera-, pero también la propia falta de confianza e inseguridad del paciente. de lo que intenta culpar al trabajador sanitario que parece vulnerable. En esta situación, es importante no “ponerse los guantes”, ya que esto sólo agravará la discusión, pero una actitud objetiva y desapasionada puede enfurecer aún más al paciente si está buscando una excusa para entablar un duelo verbal.

Si tenemos la oportunidad, vale la pena dejarle hablar de sus quejas y expresar su opinión, que podremos confirmar y aceptar. Por supuesto, podemos recordarle que mantenga un tono civilizado si su lenguaje es grosero, insultante u ofensivo para los demás.

Títulos de los capítulos principales

  • Las características psicológicas de las personas mayores.
  • Información general sobre las normas básicas que determinan la comunicación con las personas mayores.
  • ¿Qué significa elegir el código de comunicación correcto? ¿Qué entendemos por código restringido y elaborado?
  • ¿Cómo reconocer a tiempo situaciones amenazantes?
  • ¿Cómo se puede evitar la irritabilidad y la agresividad?
  • Estrategias de evitación y métodos recomendados para afrontar la agresividad.

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